domingo, 20 de noviembre de 2011

¿Y NUESTRA RESPONSABILIDAD?



Sin duda la máxima responsabilidad de la educación de los niños recae sobre los hombros de sus padres.
Los padres no siempre están capacitados para guiar a su descendencia, no pudiendo transmitir las herramientas o los valores que ayuden al menor a avanzar en un desarrollo psicológico y emocional adecuado, como sustrato necesario para que el joven individuo logre progresivamente las destrezas o competencias que se precisan para una formación activa y enriquecedora, para él, la sociedad y el entorno vital.

Cuando los padres no consiguen encauzar la problemática que ocasiona un menor desorientado, inmerso en una lucha contra todo encorsetamiento, pasando los límites de lo legal y tras la denuncia de rigor, se pone en marcha la maquinaría institucional, que intervendrá para poner el orden frío e injusto para todos.

Echar la culpa a los padres del fracaso que supone que su prole entre a formar parte de los inadaptados a la sociedad, es un acto injusto.

La responsabilidad, aunque mucha, no es enteramente suya. El fracaso es de todos.

Erosionamos valores que sirven para la construcción de personas libre, favorecemos, sin pensar en el daño que ocasionamos, los valores superficiales e individualistas. Esto ocurre:

·       Cada vez que, exaltamos a personas que sin esfuerzo alcanza la fama, el dinero, el poder, … porqué son más listas que otros.
·       Cuando la sociedad enaltece valores como la perfección del cuerpo físico, tener lo mejor y lo último en tecnología.
·       Cuando las políticas, del todo vale, con tal de conseguir la sociedad del bienestar, incluyendo el botellón , por parte de ayuntamientos, los cuales se deben a la salud de sus tutelados
·       Cuando los supuestos periodistas y las cadenas televisivas que con afán de conseguir la más alta cantidad de inconscientes televidentes, alaban los estereotipos de belleza vacía hasta el esperpento.
·       Mientras haya enseñanzas sexuales que divulgue la promiscuidad entre los sexos como enriquecimiento personal.
·       Mientras no seamos conscientes que nos perturbamos ante el trabajo, el conocimiento, la lectura,…
·       Y otras tantas expresiones, que llegando al educando le guían a la dejadez y al espíritu voluble.

¿Dónde se encuentra la responsabilidad individual, social, política, periodística, … sobre la educación?

Conscientes o inconscientemente, con o sin intención con nuestros actos en las vivencias individuales, en las acciones sociales, en la regulación administrativa y política, posicionamos los valores, que aportan enriquecimiento personal, casi a la clandestinidad.

 Si te interesa sigue aquí con ¿Por qué no educamos en valores?



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